Cosas que pasan ~

A todos les gustaban las novedades y las aventuras…

Para él, ese roce inocente de sus labios con el calor de la piel ajena había sido el culmen de un juego sin sentido en el que realmente dudaba querer involucrarse.

Tanto en juego, tantas desiciones…era mejor no pensar y retractarse de todos esos sueños inconclusos donde osaba incursionar en la humedad de su boca y luego despertaba con esa “felicidad prohibida” que sólo los sueños podían proporcionar. Esos sueños de los que no se suele hablar.

Decidió entonces sosegar su espíritu con varios vasos de agua y con los recuerdos de lo que fue la novedad de su presente…y así esbozó una sonrisa.

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Para ella… el roce de sus labios sobre la cándidez de su mano suave había sido tan sólo el deseo iterativo de apreciar el aroma de su perfume, la calidez de su femeneidad y estrechar esos lazos que no tenían inicio ni fin…

Ella sólo lo quería seducir sutilmente…

~ Pero así como el deseo podía llenar de apasionamiento un inicio, este no había sido el caso.  Ese deseo masculino puso freno, un alto que inició con el roce de los labios y un borbotón de emociones emanando de un corazón.