Bailar con crótalos/zills/sagats ~

Luego que retomé mis clases de danza oriental (belly dance) he visto de manera diferente muchas cosas que había visto previamente en mi primer academia. Es muy interesante como, además de darnos un enfoque mucho más académico de la danza con información acerca de la cultura y nacimiento de los diferentes bailes y ritmos, también nos han enseñado algo que nunca consideré y es la base de todo: los ritmos y la ritmología asociada a cada baile y paso.

En mi actual academia hay un enfoque muy bueno al respecto, y a pesar de que en cuestión de pasos he visto varios que ya conocía, la técnica y tips que nos han dado así como el enfoque cultural ha hecho de este nuevo lugar toda una experiencia distinta.
En el nivel de principiantes vimos los pasos más básicos para iniciar con el uso del velo como elemento del baile, y aunque ya lo conocía también fue algo más estructurado que antes.

Pero la gran novedad para mí ha sido ahora al llegar a Intermedio y poder iniciar con los zills (crótalos, sagats)  🙂  . Siempre creí que cuando se bailara con ellos sería algo menos complicado, pero que equivocado se puede estar.

Los zills son instrumentos musicales de percusión, con los cuales se pueden generar variedades de sonidos agudos o graves dependiendo del tamaño y fabricación del zill, además del material con el que se halla hecho. Se colocan en los dedos corazón y gordo de cada mano y se chocan para emitir sonido cual platillos.

Dependiendo del movimiento que se realize con ellos, será el sonido. Lo más común es iniciar chocándolos con un movimiento como de pellizco. Además de eso, se alternan las manos que realizan el movimiento con el fin de usar patrones de sonidos, que al fin y al cabo acompañan a cada ritmo de la música árabe. Hay patrones de dos tiempos, cuatro tiempos… tantos como el ritmo lo requiera.

La dificultad no está tan solo en tener la concentración y coordinación para tocar los zills como es requerido, va más allá. Además de eso la bailarina debe seguir bailando como si nada, con toda la concentración y técnica que eso implica, ya que los zills son solo un acompañamiento más a la música…ella debe seguir bailando y marcando el ritmo y el sentimiento de cada canción como si en las manos nada estuviera pasando.

 

La verdad es bastante divertido y un reto distinto. Y no es que bailar sin ellos no sea reto porque lo es un  montón…pero le ponen algo diferente, nos dan qué pensar y de paso es algo nuevo con lo cual podemos montar coreografías 🙂 . Yo estoy practicando con unos baratos que compré hace años en una feria de academias, pero estoy esperando que me lleguen estos profesionales *-* para que todo suene mejor!

 

Saludos!

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