Algo que me encantó del año pasado es que volví a reunirme con gente que tenía largo tiempo de no ver y que siempre guardo en mi corazón.
En especial M & A, a las cuales hace rato no veía y que, seriamente, me han hecho demasiada falta.
Para mi era increíble que luego de casi 5 años no las hubiera visto, pero lo que más me encantó fue que esa tarde de café sucedió como si no hubiera pasado el tiempo y como si nos hubieramos visto tan sólo ayer.
Claro, muchas cosas habían cambiado y muchas historias resultaron. Ya no eramos las mismas pero a la vez guardabamos esa confianza que nos había líado en una burbuja de confesiones y recuerdos. Ya no eran madrugadas tratando de salvar al mundo y compartiendo pensamientos. Ahora eran personas con más camino recorrido, tratando de salvar su mundo.
Cada vez que lo pienso, me determino a que no pasen 5 años más. Eso no puede suceder. Al final la rutina nos envuelve tanto que se nos olvida lo que sí es importante, y la gente que debe estar cerca de nosotros.
Más cuando luego de 5 años, es como si fuera ayer…